"Piensa acerca de la fotografía antes y después, nunca durante. El secreto está en tomarse el tiempo necesario. No debes ir demasiado deprisa. El sujeto debe olvidarse de ti. Entonces, no obstante, debes ser muy rápido. Si has perdido la foto, la has perdido. ¿Y qué?"
Henri Cartier-Bresson
Pocas veces se encuentra una con exposiciones tan interesantes y enriquecedoras como de la que os hablo hoy. Se trata de la exposición sobre Henri Cartier- Bresson de la Fundación Mapfre, en Madrid.
Su nombre se asocia automáticamente al llamado “instante decisivo”, esa “técnica” que busca suspender un instante único e irrepetible en el tiempo, y que se basa en la observación y en la espera para lograr la composición deseada o inesperada. Se logra entonces capturar el instante decisivo, ese momento que no podría ser fotografiado ni un momento antes ni después.
Sin embargo, la exposición que propone Fundación Mapfre se distancia del “instante decisivo” y analiza la obra de Cartier-Bresson desde otras múltiples perspectivas. Podremos conocer mucho más de él, muchas más facetas de su obra que nos ayudan a conocerle desde diversos prismas. Veremos sus facetas de activista político, surrealista, cineasta o dibujante.
La exposición está ordenada más o menos cronológicamente, así que comenzamos conociendo los inicios de Bresson. Entonces descubro que comenzó su carrera fotográfica como podría hacerlo cualquiera de nosotros: fotografiando escaparates y carteles. Pero hay algo diferente: un gusto extraño pero hipnotizante por fotografiar maniquíes. Esto viene de la influencia que ejerció sobre él Eugène Atget, decisivo en su primera etapa.
Durante la exposición veremos no sólo fotografías de Bresson, sino también de sus influyencias, lo cual ayuda a comprender mucho mejor al artista y la evolución de sus reportajes.
Fotografía de Eugène Atget |
En la exposición llego a la extraña sensación de ir conociendo a Bresson tanto personal como profesionalmente, desde sus inicios hasta el éxito. Entonces descubro a un chico joven inquieto, preocupado por la sociedad en la que vive. Un chico que viaja, que ve el mundo. Y veo la evolución de una vida. Su obra se puede entender como el retrato de una época, de varias épocas, su obra como conocimiento de la historia.
Bresson tenía un gusto en el que coincido por las composiciones geométricas, por capturar el movimiento y expresiones impactantes. Descubrí su faceta surrealista, que era desconocida para mí, ya que sólo conocía su trabajo como fotoperiodista. Aquí encontramos imágenes de objetos tapados por trapos, personas con ojos cerrados o cuerpos deformados.
Declarado comunista, le gustaba fotografiar a las masas. Le interesaba la expresión de la gente, retratar el poder del pueblo. También conoceremos su faceta humanista, en la que se dedica a mostrar la pobreza, entendiendo la fotografía al servicio de los desfavorecidos, de los desatendidos.
Una serie que me pareció especialmente interesante, por ser retrato de una época y de una sociedad, es la llamada: “primeras vacaciones pagadas”. En ésta se muestra el descubrimiento del tiempo libre por la sociedad francesa: las salidas al campo, los paseos… Las fotografías reflejan el momento histórico en el que en Francia se aprueban por primera vez las vacaciones pagadas bajo el gobierno de Léon Blum.
Cuando quise darme cuenta había pasado más de una hora y media y ya había acabado la exposición. Durante todo ese tiempo estuve inmersa en la vida de una persona que vivió para la fotografía y que puso ésta al servicio de la sociedad. Me detuve una a una en todas las obras de Bresson, son ese tipo de imágenes que puedes contemplar una y otra vez durante largo rato y no puedes apartar la vista de ellas.
Sin duda recomendable. Si estáis por Madrid no lo dudéis ni un momento. Un plan perfecto para las tardes calurosas.
Puedes ver la exposición en:
Fundación Mapfre
Paseo de Recoletos, 23 (Madrid)
Entrada gratuita